A la diosa Vesta, protectora del hogar

Las mujeres de casa
echamos raíces
que crecen en la oscuridad
de los peores días
y sacrificamos nuestros vientres
para alumbrar a otras mujeres
que serán mejores
de lo que hemos sido.

Las mujeres de casa
reímos a escondidas,
inventamos lenguajes
para poder escapar del reino
que ellos nos construyeron
y cuando nadie nos ve
cosemos alas
a nuestros pies encadenados.

Reímos y cantamos,
desafiamos al enemigo,
y nos defendemos solas
porque las mujeres de casa
sabemos que tendremos que pagar
nuestra osadía con el dolor
de la revancha de nuestros dueños.

Nosotras
construimos el mundo cada día
y lo destruimos por la noche
para ponerlo a salvo.

Las mujeres de casa
vamos marcando los caminos,
y cuando ya no nos dejen,
surcaremos la tierra,
inventaremos nuevos parajes
y construiremos ciudades
donde guarecernos,
amparadas por las hermanas,
encontrando refugio
bajo el manto de Vesta.