Curiosidades sobre Emilia Pardo Bazán

“Lo peor es que usaban insultos hacia su aspecto, los grandes hombres de letras, como pretextos para no admitirla”

REVISTA WRITER AVENUE

Rocío S. Cortés

2/1/20253 min leer

A lo largo de la historia, hubo muchas mujeres que abrieron camino y derribaron muros, soportaron insultos y exclusiones a pesar de demostrar con creces su gran don para la escritura. Entre todas ellas, este mes os traigo a la luz a Emilia Pardo Bazán.

Emilia Pardo Bazán nació el 16 de septiembre en 1815, en Galicia. Era hija única y eso propició que, a pesar de ser mujer, su padre decidiera volcar parte de su fortuna en su educación, mucha más educación de la que se solía proporcionar a una mujer en aquella época; aunque el tope para Emilia fue la universidad, pues estaba prohibido que una mujer estudiase allí.

Desde pequeña, fue una gran lectora y escritora. Escribía cuentos y poesía. Su primer cuento lo escribió con quince años, sería publicado en Almanaque de La Soberanía Nacional, pero no sería hasta 1867 cuando se daría a conocer como autora de cierto renombre, al ganar un premio de literatura en Orense.

Tras esto, da al paso a la novela. Su primera novela publicada fue “Pascual López: autobiografía de un estudiante de medicina”, pero habría muchas más que destacarían por su índole naturalista. El naturalismo en la literatura se caracterizaba por describir la vida como tal cual era, sin metáforas, describía cada detalle, en especial del comportamiento humano. Era una forma de literatura que se usaba como crítica a la sociedad, así que era habitual leer en ella temas como la pobreza, la violencia, las clases obreras, diferencia de derechos… Y ella lo hizo. La cuestión palpitante, La Tribuna, Los pazos de Ulloa… son novelas naturalistas.

Pero Emilia Pardo Bazán no solo se dedicó a la novela, hizo libros de viajes (viajó mucho tras casarse con 16 años con José Quiroga), hizo ensayos, obras de teatro, su conocimiento de otros idiomas la hizo traductora en español de otros grandes autores de Europa… Su fama como escritora la hace dirigir varias revistas de literatura, también la llevó a ser la primera mujer en presidir la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid en 1906 y ser una de las consejeras del rey Alfonso XIII.

Fue muy conocida su relación con Benito Pérez Galdós, tras separarse de su marido (se encontró la correspondencia entre ellos, en las que se muestra la amistad, la admiración del uno al otro por su trabajo y su sensualidad en ese amor a escondidas), sus ideales no tan claros (era católica y a la vez rechazaba las normas impuestas con relación a la pareja), por luchar por los derechos de los trabajadores a través de sus novelas… Y fue feminista. Siempre luchó para que los derechos de la mujer, y su libertad, fueran iguales que los de los hombres. Fue una de las primeras de hablar y señalar la violencia de género públicamente, escribía sobre la independencia de la mujer y fue una gran defensora de que las mujeres pudieran acceder a todos los niveles de educación.

De todo esto, lo que más me llamó la atención sobre su vida, fue su lucha por ser miembro de la Real Academia Española, siempre compuesta por hombres. A pesar de todo lo que había conseguido Emilia Pardo Bazán durante su carrera como literata y escritora, sus publicaciones, sus conocimientos, sus experiencias… Fue rechazada en 1906, tras varios debates, críticas en prensa…. Lo peor es que usaban insultos hacia su aspecto, los grandes hombres de letras, como pretextos para no admitirla. Y obviamente, el hecho de ser mujer. ¿De qué tendrían tanto miedo? La verdad es que, como dato curioso adicional, la RAE no aceptó a la primera mujer hasta 1979 (María Moliner) y, desde entonces hasta 2024, solo ha habido 11 mujeres académicas. Actualmente, de los 41 asientos disponibles, 9 lo ocupan mujeres.