El castigo
“Fueron ellos, no tengo pruebas pero tampoco dudas”
REVISTA WRITER AVENUE
Daira Galeano
3/6/20251 min leer


Fueron ellos
no tengo pruebas pero tampoco dudas.
Desde el principio estábamos malditos,
yo siempre lo supe y lo vi venir
desde que los dioses, celosos,
te atraparon viéndome escribir
y las diosas, celosas,
me atraparon escuchándote leer.
Desde ahí ya se relamían los labios
y se frotaban las manos mientras
nos auguraban cataclismos
y presagiaban atentados
y planeaban a diestra y siniestra
derribar nuestros altares,
no fuera a ser que juntos hiciéramos temblar
las paredes del Olimpo
o no sé qué se creyeron.
Nosotros quedamos condenados desde ese día
desde nuestro exilio del Edén
desde que tu cuerpo vestido de fruto prohibido
atrajo al mío y yo no evadí la tentación
y fui más desobediente que Eva
y mordí la manzana eligiendo el destierro
y me quemó el sol como a Ícaro
y lo perdí todo,
y vos no pusiste barreras
ni líneas de boyas ni censuras
ni mordazas para evitar nuestra simbiosis
y los dioses, celosos,
nos vieron desnudos en la misma cama
y las diosas, celosas,
no pudieron soportarlo y enseguida lo supe:
fuera cual fuera el castigo
nos iba a doler como le dolió a Ixión
y a Atlas
y a Ticio
y a Tántalo
y a las hijas de Danao.
Éramos mucha literatura junta
mucha pasión y cantares de gesta
mucha magia para tan poca carne
mucha idea para tan poco espacio,
y puede que sea cierto
teníamos todos los rudimentos a nuestros pies
para ser la más poética de las alianzas
pero es que los dioses son así
celosos
y recelosos,
y nosotros fuimos
mortales
y remortales
y la condena fue terrible:
¡carajo!
parecías eterno
y quién sabe dónde andarás ahora.
Al final es como dicen…
A César lo que es de César:
yo quería que doliera
como tienen que doler los grandes amores.
Y dolió. Vaya si dolió.
Y todavía duele un poco no haberte visto más
desde esa última vez,
pero valió la pena my darling,
quién me va a venir a decir a mí que no valió la pena
jugarnos el cuello, el cuerpo entero
jugarnos incluso el castigo eterno
por hacer lo que hicimos.