El veroño en Massachusetts

“Volver a mediados de septiembre a mi hogar es comenzar el otoño, mi etapa favorita del año”

REVISTA WRITER AVENUE

Lana Garen

9/28/20242 min leer

Tras unos días de airearme en las cálidas aguas del Mediterráneo, con su calor húmedo, brisa nocturna, y picotazos de mosquitos por todo el cuerpo que me traigo como recuerdos tras las últimas tormentas de verano, volver a mediados de septiembre a mi hogar es comenzar el otoño, mi etapa favorita del año. Y siempre son ideales los reencuentros con familiares y amigos después de las idas y venidas de unos y otros.

Soy una escritora en ciernes y llevo días dándole vueltas a una idea que me deja una gran sonrisa, no puedo abandonar esta forma de mirar al mundo tan irreal pero tan auténtica a la vez. Acompáñame mientras saco mi bola de cristal que me permite ver el pasado a mi antojo, y tras una nube blanca y esférica la imagen que se proyecta en el cristal es la del reencuentro en Massachusetts para la Comida Anual del Veroño que homenajea la labor que han hecho reconocidos detectives en lo que va de año.

Las puertas de la casa que vemos tras el cristal imaginario, es la de la familia March. Reciben humildemente a sus invitados, algunos ya charlan en el jardín con un pequeño refrigerio. El Dr. Watson escucha distraído como su amigo Sherlock cuenta por enésima vez el caso de Estudio Escarlata al afamado Aguste Dupin, que, atraído por las artes de deducción de su colega, quiere enumerarle las pistas que él halló en su caso de la calle Morgue. En el interior de Orchard House, como la autora de la novela llamó a su casita en la que se basó para escribir su novela, van llegando más invitados desde el otro lado del océano, la travesía en barco esta vez de Poirot y su vecina Miss Marple ha tenido muchas anécdotas que no dudarán en contar durante la comida que les espera. Sólo queda un invitado por llegar, Philip Marlowe.

Estas mentes brillantes reunidas en el pequeño comedor de las hermanas March se presume interesante, ellas no cesan de admirar a cada invitado. La bola de cristal nos muestra la imagen de Jo, que se inmiscuye en cada corrillo que se forma entre ellos, en cada conversación, en cada detalle. Nadie lo sabe aún, pero en su libreta anota frases para su próximo libro, porque está segura que esta velada dará para contar una gran historia que gustará a muchos seguidores de las novelas de detectives.

Mi imaginación no cesa y forma parte de un ADN auténtico de escritora, si tú también miras con lentes que empañan la realidad de historias posibles, aunque no ciertas, también lo tienes.