Mascarón
“Bastó una noche de viento terrible y quedó esculpido frente a la grieta carnosa del basural”
REVISTA WRITER AVENUE
Martín Franco Canela
4/7/20251 min leer


Bastó una noche de viento terrible
y quedó esculpido
frente a la grieta carnosa del basural,
que ahora supuraba carbón, musgo y carne.
Los pies, chatos y torpes, uno sobre el otro como un Cristo
eran de chapas y cablerío.
Las rodillas, dos atolones robustos
eran los marcos de dos ventanas marineras
El torso era una maraña de tablas, puertas, guardabarros
y hasta un carburador por corazón
que lo inclinaba temerariamente al abismo inaugurado.
Y los brazos de hojalatas y tubos
pegados al cuerpo en un gesto de pudor.
Y las manos se aferraban a algo
—Rosario de adoquín o espada de latón—
con el tenor del que reza o del que masacra.
Del rostro se dijo que era piadoso,
otros dijeron que era fatal.
Ambos acordaban en que la corona, incrustada en la cabeza
era de huesos de pollo.
Pero el pueblo miraba con menos atención a ese ángel híbrido
hijo de sus más bajas penas y más bajos secretos
que al vacío purulento que se había abierto frente a él.
Lo desconocido hecho a gusto y medida