Niña Mariposa
“Aquella mariposa tiene mi edad, aún sigue volando pese al cansancio, pero nunca deja de soñar”
REVISTA WRITER AVENUE
Zaira Dayana Villalobos
11/7/20242 min leer
Ella era una niña cálida, dulce, soñadora; pero a la vez insegura y temerosa, probablemente porque en casa nunca lograba complacer a mamá y durante su niñez creció con miedo, culpa y sintiéndose insuficiente comparándose con los demás.
Durante la época escolar no sobresalía en ninguna materia, no era buena para las matemáticas y mucho menos en geografía, pero poco a poco fue descubriendo su nivel de ortografía. No destacaba en ningún deporte y en los equipos no la querían ni de soporte y puede que a cualquiera no le importe, pero ella sentía que a medida que iba creciendo no encontraba su norte.
Pero como toda criatura, ella pasó por un proceso y un buen día hizo metamorfosis, entonces dejó de ser una pequeña oruga para transformarse en una bella mariposa. Entonces se convirtió en una mujer con carácter, aguerrida, aventurera, avezada y valiente, dejó de lado sus miedos e inseguridades, alzó el vuelo y empezó a explorar diversos paisajes, no todos eran bellos, algunos traían consigo detractores y climas bastante lluviosos, pero a pesar de ello durante el camino logró posarse en muchas flores, aunque solo pocas se convirtieron en su hogar.
Descubrió que pese a las adversidades era capaz de volar sin cansancio, que sus alas eran más fuertes de lo que ella pensaba y que cada caída era un impulso para volar con más ímpetu al final de la parada.
El matiz de sus colores la hicieron ver ante los demás como una criatura única ante al resto, aquel que la observaba quedaba atrapado por la belleza que ella poseía y por la paz que ella transmitía al volar con tal libertad.
Aquella mariposa tiene mi edad, aún sigue volando pese al cansancio, pero nunca deja de soñar, sueña con ser parte del mariposario al que muchas personas asistirán para poderla admirar, no solo por su belleza, sino también por el arte que en poesía muy bien ella sabe expresar y quizás pida mucho, pero también sueña con encontrar un compañero que no solo la quiera tocar, sino que también la sepa cuidar y donde junto a él pueda sentirse en su hogar.
Creo que me salí un poco de contexto, pero por si alguien lee estas líneas, seguramente se identificará con el personaje de este breve relato y es por ello que quiero despedirme con este pequeño verso que seguro les parecerá grato.
Recordad Niña Mariposa:
Cuando sonríes te ves hermosa
Cuando caminas florecen rosas
Con tu alegría la gente goza
Con tus colores lo gris destrozas.