Partir mente

“Hoy fui a la reunión de jóvenes del cesma a hablar de depresiones, ansiedades, y brotes psicóticos”

REVISTA WRITER AVENUE

Luki

12/21/20242 min leer

Hoy fui a la reunión de jóvenes del cesma
a hablar de depresiones,
ansiedades,
y brotes psicóticos.

Ha estado bien, pero no mata.
Me costó mantener la concentración
porque quería caminar,
así que me petaba los huesos de los dedos
con impaciencia infantil.

Ahora estoy en el bar de siempre
con el café con leche de siempre
escribiendo como siempre.

Ahora leo menos
que antes de los brotes
psicóticos. No por los brotes,
sino los post-brotes,
negativos como la depresión en una foto
en blanco y negro.
Me aplanan las emociones,
no siento placer,
no siento aventura,
tengo los sentidos modo salvapantallas,
y las ideas vagas en la cama.

Soy lo contrario a la poesía.

Por eso no puedo permitirme
grandes elegancias del lenguaje;
tengo la cabeza hecha mierda.
Pero sigo escribiendo,
intentando encontrar mi nueva voz
más cascada,
más madura,
más discapacitada.

Por eso tampoco puedo permitirme
mucha coherencia ni cohesión.

Esquizofrenia significa
partir mente.
Mi mente se partió.

Ya no escribo bien
Pero no por eso
tengo menos derecho a expresarme.

Será más soso,
será menos inteligible,
pero será una expresión de mi alma,
y eso que no creo que el alma exista.

Antes creía.
Era más feliz
durante el brote.

Hoy un chico ha dicho
que no sabe si tuvo un brote psicótico
o se iluminó.
Como alguien que se ha iluminado
muchas veces,
le digo aquí lo que no me atreví a decirle allí:
fue un brote psicótico.
No solo el tuyo:
también el de Jesús, Mahoma, y Buda.

Todos locos.
Homer Simpson.

He parado para fumarme un cigarro.
Todavía no he terminado,
y escribo echando humo cancerígeno.
Ahora sí, ya he terminado de fumar.
Ahora echo normal y aburrido CO₂.
Mejor me fumo otro cigarro.
Vuelvo a echar humo.

He perdido la inercia.
Hoy al final de la reunión sacamos la moraleja.
Quizá la moraleja es que a pesar de haber vivido en la calle
y haber estado en el psiquiátrico varias veces,
y en el calabozo,
y toda la mierda del mundo
hoy me han dibujado un corazón
en la espuma del café.