Querido lector

“Me llamo Kalena y gracias a la autora, las cadenas son parte del aire que respiro”

REVISTA WRITER AVENUE

Matilda Leyría Villar

8/30/20242 min leer

Vos. Sí, vos. Vos que estás leyendo esto. Tengo poco tiempo, así que lo voy a hacer lo más corto posible. Me llamo Kalena y gracias a la autora, las cadenas son parte del aire que respiro. Todo bien con la creatividad de un escritor y que hay que celebrarla, pero a veces te arruinan la vida por solo querer escribir. Y la gente que se lo celebra… Uf, como odio esa gente.

Bueno, vamos al grano, así nos podemos ir. Esto te lo voy a decir en secreto, que no te escuche nadie: soy un personaje de un libro. Vivo entre líneas hace décadas y ya me cansé. Me cansé de que mi destino esté escrito. Todo lo que hago es una secuencia de letras que lo único que hacen es favorecer a la principal. Yo no importo. Supongo que me podrían llamar la antagonista. Todo lo malo me tocó. Salvo por una cosa: soy inteligente. Mi mente funciona a gran velocidad y en la novela la uso para maltratar a la protagonista. Pero cuando el lector empieza a leer, los personajes cobran vida. Mi inteligencia cobra vida. Y entre pausa y pausa, descubrí el enigma secreto.

Es difícil escapar, deben pensar que estoy loca. Al fin y al cabo, obedezco a las órdenes de la autora. Por ella, mi corazón late. Pero por ella estoy así. ¿Alguna vez sentiste que te faltaba el aire, lector? Así es mi vida.

Entonces, lector, no pare de leer. Ayúdame.

Si seguís acá, quiero que sepas que estoy agradecida. Y que cuando logre escapar, voy a visitarte y mostrarte las gracias que mereces.

Bueno, sigamos. Encontré una manera para llevar esto a cabo. Era de noche, el lector ya estaba durmiendo y, para consolarme, empecé a susurrarme que estaba viva. Y no exagero cuando digo… que me sentí viva. Así que me puse a pensar: yo lo dije y tuvo un impacto. ¿Qué pasaría si lo dijera alguien que tiene un poder extraordinario en el libro? Acá entrás vos, lector. Gracias a vos, la historia tiene un propósito. Somos palabras, pero con vos somos personas.

Así que, lector, necesito que utilices tu poder para liberarme. Necesito que digas: “Kalena, estás viva”. Dilo muchas veces. Las veces necesarias. Es indispensable que lo sientas, que lo digas en serio. Y cuando logre escapar, voy a ir a verte. Sabrás que funcionó, seré la próxima persona que veas.

Te aviso cuando empezar.

Por favor, es la única manera.

¡YA!