Reseña del libro: Las ventajas de ser un marginado
“Cuando Charlie perdió a su persona favorita, su mundo se contrajo. Se convirtió en un espectador de su propia vida”
REVISTA WRITER AVENUE
Giulliana Torres
3/6/20252 min leer


Cuando Charlie perdió a su persona favorita, su mundo se contrajo. Se convirtió en un espectador de su propia vida, hasta que conoce a la bella Sam y al disparatado Patrick: dos amigos dispuestos a despertar su esencia adolescente y volverlo el protagonista.
Escrito por Stephen Chbosky y publicado en 1999, Las ventajas de ser un marginado es una novela epistolar que nos sumerge en la mente de un adolescente tímido y su forma particular de ver el mundo. Sus intenciones por encajar se ven mermadas por un bloqueo interno que le impide adaptarse en la escuela, donde es considerado “raro” por ser callado y observador. Pero Charlie es una persona sumamente sensible. Se refugia en la canción Asleep de The Smiths durante sus días grises y lee libros para escapar de la realidad, medidas que le funcionan para no perder el control de sí mismo y caer en un hoyo depresivo. Hasta que se redescubre en la escritura. Es así que, con la esperanza de verse comprendido por alguien, nos cuenta su día a día en esta compilación de cartas.
A partir de la aparición de Sam y Patrick, Charlie comienza a vivir nuevas experiencias. Saborea la belleza del primer enamoramiento, el doloroso hincón de un corazón roto, las complejidades del deseo sexual y el efecto “montaña rusa” que tienen el alcohol y las drogas. Por un tiempo, las cosas parecen mejorar; no obstante, todo lo que sube tiene que bajar y, cuando esto suceda, sus seres queridos se llevarán una inesperada sorpresa.
“Somos quienes somos por un montón de razones. Y quizá nunca conozcamos la mayoría de ellas. Pero, aunque no tengamos el poder de elegir de dónde venimos, todavía podemos elegir adónde vamos desde ahí. Todavía podemos hacer cosas. Y podemos intentar sentirnos bien con ellas”.
Probablemente, desde el punto de vista de un adulto, nos resulte cursi la frase: “me siento infinito”, dicha por Charlie durante un paseo con sus amigos. Pero, de hecho, nos recuerda con nostalgia la fugacidad de la adolescencia; esos problemas que parecen ser enormes y únicos, esas risas despreocupadas al creer que el mundo es nuestro y ese futuro que nos resulta intimidante. Todo se absorbe durante unos segundos, incluso menos que eso, cuando palpas la realidad y eres consciente de tu existencia. Estás vivo aquí y ahora, eres el protagonista y, luego, sigues siendo solo un espectador.
Las ventajas de ser un marginado cuenta con una película dirigida por su propio autor, que se estrenó en 2012 y fue protagonizada por Logan Lerman como Charlie; una apuesta segura que rescató la esencia de un personaje complejo en una hora y cuarenta y cinco minutos.