Reseña sobre el libro "Rebeca"

“Rebeca es una novela escrita en el año 1938 por Daphne du Maurier y convertida en una película clásica, dos años después, gracias al film de Hitchcock”

REVISTA WRITER AVENUE

Alegría Barchilón

2/1/20251 min leer

“Rebeca” es una novela escrita en el año 1938 por Daphne du Maurier y convertida en una película clásica, dos años después, gracias al film de Hitchcock. En plena pandemia estrenó una nueva versión de la novela, esta vez en la pantalla chica, en Netflix. Si bien Lily James realiza una actuación deliciosa, las comparaciones son inevitables y esta nueva película termina dejando sabor a poco.

Pensé que lo mismo pasaría con la novela, luego de dos adaptaciones cinematográficas, pero no.

La protagonista recuerda cuando era una joven dama de compañía que se sorprende casándose con un viudo veinte años mayor y yendo a vivir a una famosa mansión llamada Manderley. Aunque siente que está viviendo un sueño hecho realidad, rápidamente se convierte en una pesadilla. Rebeca, la difunta esposa de su marido, sigue siendo omnipresente. Es muy interesante como nos adentramos en la cabeza de ella, y lo actual que resultan sus hilos de pensamiento; probablemente nadie dedicaría tanto tiempo a pensar en las azaleas, pero sí a las comparaciones, dudas e intrigas. Y aunque no se puede acusar a Daphne Du Maurier de que su protagonista sea “generación de cristal” 86 años antes de utilizar el término, la nueva Señora de Winter se justifica diciendo que “los veintiún años son muy poco valientes, pues se hiere uno tan fácilmente.” Ni hablar de que el siniestro personaje del ama de llaves, aún -y por siempre- leal a Rebeca, le hace en un par de oportunidades gaslighting.

La primera mitad de la novela, aunque entretenida, resulta un poco lenta, pero como si de ganar impulso se tratara, cada vez va tomando más y más ritmo hasta lograr hacer giros argumentales que te dejan boquiabierto. Vale la pena leer el libro para adentrarse en los pensamientos de la Nueva mujer. Tal vez resulten similares a los nuestros y nos sorprendamos diciéndole a una amiga: “Anoche soñé que volvía a Manderley”.