Túnel de la vida

“La vida es una ilusión. Si dejamos las ilusiones a un lado, nos sentimos perdidos, desesperados y tristes”

REVISTA WRITER AVENUE

Flovica Amarilla Moya

1/30/20251 min leer

La vida es una ilusión.
Si dejamos las ilusiones a un lado, nos sentimos perdidos, desesperados y tristes porque no es fácil encontrar el pasaje para conectarnos con ellas.
Entonces, nos sumergimos en el pasaje más cercano que tenemos: la tristeza. Al entrar al cuarto de la tristeza, nos desconocemos, nos quedamos dando vueltas en el mismo lugar y pensamos mucho más que antes.

Lloramos, sufrimos, nos arrepentimos, dudamos, pero reflexionamos todo el tiempo. Y un día, llega algo inesperado.

Empezamos a ver la llave tirada al lado nuestro, la agarramos y podemos ver con claridad, que la puerta que nos lleva a la salida, es la misma por donde entramos. Cuando salimos del cuarto de la tristeza, nos llevamos un aprendizaje o la sensación de estar más relajados.

De cualquier forma, nunca volveremos a ser los mismos que éramos antes.

¿Acaso una emoción positiva te hubiera enseñado a ser resiliente?
¿Te hubiera enseñado de dónde surgen los miedos en tu historia de vida? ¿Una emoción positiva te hubiera mostrado tus traumas, tus comportamientos más destructivos? Tanto viejos como nuevos y que incluso no eras consciente de esto.

La tristeza es necesaria y no tiene que ser evitable en la vida.
Nos enseña profundamente que para crecer, es necesario ver lo que está escondido, reconocer eso que nunca hicimos y a lo que tanto miedo le teníamos. La tristeza incomoda y lo sabe, pero nos dice que dejemos de mirarla mal, de rechazarla y que, de una vez por todas, la conozcamos.

Porque reprimir, también es negar.

Guardar y guardar es acumular y cuando llega a su tope, explota.

Permitirnos conocer y profundizar en ella, es un acto sano.

Así es como también, nos conocemos a nosotros mismos.